LA MUJER
Por FERNANDO BERRÍOS
Qué interesante el impacto que lograron esos rótulos con mensajes machistas y denigrantes hacia la mujer, lo cual, obviamente, lo hicieron muy a propósito quienes van a liderar una lucha contra estas formas de violencia.
Esos mensajes son el pan de cada día en millones de hogares de Honduras donde predominan los machos, pero la sociedad solo se sacude cuando ve el rótulo publicitario o cuando la mujer aparece con sus manos cercenadas o sus ojos y su rostro morado por los golpes.
En realidad, lo interesante es la reacción de nuestra sociedad.
No nos sacude ver a diario mujeres explotadas cómo objeto sexual en los medios de comunicación.
O saber de jefes que piden favores sexuales a sus empleadas a cambio de mantenerles el empleo.
O esposos que ejercen VIOLENCIA ECONÓMICA al condicionar los pagos de sus deberes en el hogar y con sus hijos.
Otros se confabulan con el esposo que agarra a trompadas a su mujer porque en los “asuntos de pareja” no hay que meterse. VIOLENCIA FÍSICA.
Hay mujeres que no pueden aspirar a un ascenso sino se rinden a los pies para convertirse en lamebotas del jefe. VIOLENCIA LABORAL.
Otros enajenados hacen vídeos donde lo más decoroso que le dicen a una mujer es HDP y la sociedad se desborda en aplausos. VIOLENCIA 3.0
Muchas más mujeres son reprobadas en el colegio o universidad porque no optaron a los “otros 5 o 10 puntos oro”. VIOLENCIA EDUCATIVA.
Otras mujeres sufren maltrato emocional al ser estereotipadas a diario como gordas, flacas, feas, chaparras, gigantes… etc etc… VIOLENCIA EMOCIONAL.
O la VIOLENCIA VIAL, como cuando el macho suele decir: “mujer tenía que ser esa cerot…”
En fin… esta lista puede ser interminable y cada quien puede sumarle lo que quiera. Pero de momento lo que ofende es el rótulo.
Ya para el 20 de agosto han dicho que divulgarán el objetivo que tuvieron.
De momento, hay que seguir viendo, siguiendo y disfrutando el circo que se hace en los medios y tantas otras empresas con la mujer como objeto sexual porque eso no ofende a nadie y hay que seguir apañando al marido trompeador porque en los “asuntos de pareja” no hay que meterse.
