La creadora de la campaña publicitaria con mensajes misóginos en la capital se saltó la barda. Logró captar la atención de absolutamente todas las autoridades y los medios, fue tanto el impacto que hubo cobertura de todos. De manera gratuita.
Me llama la atención el fenómeno de indignación que causó. Escandalizó a una sociedad caracterizada por ser machista, conservadora y de doble moral.
La verdad me parece una campaña bien elaborada, porque causaron impacto y expectativa. Ahora que ya se conoce que el objetivo era anunciar el foro TEDx Tegucigalpa. Pretenden tocar temas sobre la erradicación de violencia física, psicológica y verbal sobre la mujer.
Ahora, de todos estos indignados. ¿Cuántos irán al foro? ¿O solo es que hicimos video y tomamos fotos para el Face?
Hay muchas cosas más por las cuales indignarnos, no solo por vallas publicitarias, que a la larga, no hacen ningún mal a nadie, por sentido común, nadie en su sano juicio gastaría dinero en vallas para insultar al género femenino.
A mí me gusta hacer cosas del hogar para mis hijos. Cocino, lavo pepes, barro cuando destruyen en 100 millones de partes las galletas, es algo normal. De la misma manera el trabajo digno de una mujer dentro y fuera del hogar. Al final, es ejemplo para quienes nos ven, en mi caso, mis hijos.
Siento que nos precipitamos un poco, nos violentamos de una manera tan volátil que esa energía debería ser utilizada en otros temas. Por ejemplo: ¿Por qué no reaccionamos así cuando nos clavan una ley que toca nuestra bolsa? La que sufre es la clase media. Y los que reciben la peor parte son los más de 5 millones de pobres que hay en Honduras.
Hay un montón de hombres acusados de violencia doméstica contra mujeres, comprobada y demostrada por las víctimas. ¿También hacemos video enfrentando a los abusadores?
¿Por qué no reaccionamos así por mayor oportunidad? ¿Por igualdad de condición para todos? ¿Justicia equitativa? ¿Comida para los pobres? ¿Oportunidad real para los más necesitados? ¿Qué los políticos nos cuenten de donde viene el dinero de campaña? ¿Cuánto se gasta? ¿Cuánto dinero tienen cuando llegan al poder? ¿Con cuanto se van? ¿El billete del IHSS? ¿Los encarcelados sin juicio? ¿Los que tratan de vender sus frutas y verduras honradamente y les decomisan su única fuente de ingreso? ¿Asaltos? ¿Masacres? ¿Extorsión? ¿Secuestros? ¿El dólar 23 a 1? Podría llenar más este texto, pero, el mensaje ya es claro.
La energía se usa para tratar de cambiar la situación de país, la que verdaderamente nos afecta. Energía positiva ante todo. Eso es la verdadera necesidad de este país, empezar a formar parte de un cambio, con críticas y consejos que ayuden a mejorar.
No actitudes que llevan toda la intención de tirar tres volquetas de tierra sobre el “amigo” que está intentando cambiar, innovar, emprender y sobre todo salirse de la caja para romper todos los esquemas y paradigmas de un país que no se le ve por dónde empezar arreglar el desastre en el que vivimos.
Concentrémonos en cosas que vale la pena.