Diez treinta de la mañana. Todo parecía ser una mañana normal, común y corriente. Pero de repente, un derrumbe en una construcción en el anillo periférico hizo que todo se tornará gris.
Dos de trabajadores fueron las víctimas mortales de un alud de tierra.
Fotógrafos y camarógrafos no se hicieron esperar para comenzar a violar la escena del accidente; pero esto no es lo que quiero plasmar en este artículo.
Quiero hablar de que las tomas y las fotografías reflejan un poco del dolor que sienten estos padres y parientes cercanos.
El dolor se hacía constar en las lágrimas y el llanto de cada uno de ellos, los cuerpos de rescate una vez más realizaron su trabajo hasta el agotamiento con la esperanza de encontrarlos con vida.
No fue posible.
FOTO DIARIO LA TRIBUNA
Franklin Josué de 17 años y Francis Pastor de 32 fueron los obreros que no pudieron salir a la luz con vida para abrazar a sus seres queridos.
La imagen que sigue en mi mente es la del el padre de Franklin, mientras entraba a un shock nervioso y entre sus gritos pedía que se lo llevará a el.
“Llevame con vos”, gritaba.
Hoy dos familias lloran la pérdida irreparable de estos constructores que se arriesgaron sus vidas para llevar los frijoles a su mesas.
Mii respeto será siempre hacia ustedes.
Hombres de tierra que cumplen la parábola que dice “Del polvo vienes y en polvo te convertirás”, constructores que llagan sus manos con el fin de darnos un buen hogar y una infraestructura sólida, pero no más que la de las ganas de seguir adelante para darles un buen ejemplo a sus hijos y familia.
Mi padre, mi abuelo y mis tíos pasaron por esta etapa en la que durante ocho horas solo descansaba una quizás media hora para poder darle una verdadera estructura sólida y rígida a los contratantes.
Trabajo duro pero lleno de orgullo es el que realiza el “maistro” albañil, sus ayudantes y esos que tienen el valor de estar en un andamio a varios metros de altura o aquel que tiene los “huevos” de persignarse y meterse a unos tres o cuatro metros bajo tierra para poder soldar una tubería y no padecer en el intento.
Descansen en paz Franklin García y Francis Aguilar.