¿Por qué arruinan su carrera deportiva metiéndose a política?
¿No hay otro campo para generar dinero?
Al parecer, la política es el camino más fácil para muchos de los deportistas que se retiran o que han brillado; ahora la popularidad, una cara bonita, un nombre raro o una imagen pública son los blancos perfectos de la política en Honduras.
Este lunes cayó la gota que derramó el vaso al ver que la nadadora Ana Joselina Fortín posaba jurando fidelidad al Partido Nacional junto a Kilveth Jr., Danilo Turcios, Miguel Caballero Leiva y la cantante Jireh Wilson, sin duda un paso que hace que todo lo que construyeron en su carrera se derrumbe con la aparición de sus rostro en la política.
En la lista de candidatos también está Kenneth Melhado, ex presentador de las Mañanas del 5.
No es porque sean candidatos por el Nacional, sino porque el amor y el respeto que se ganaron en la cancha, tarimas, piscinas, micrófonos lo botan con el hecho de meterse a la política así como sucedió con el “Matador” Wilmer Velásquez.
Wilmer pasó de ser de los amados a ser uno de los más odiados por el pueblo entero, incluyendo a los olimpistas.
Ahora se puede observar cómo Dani Turcios se dirige por el mismo camino al igual que Ana Joselina, a quien admiro por lo que logró en la natación y a Dani por ser una imagen del olimpismo a pesar de su pasado azul y universitario.
Samuel Caballero, Cristhian Santamaría, Edwin Pavón, Chelato Úcles, “El Azulejo”, Noel Valladares, Jaime Villegas y otro deportistas que no recuerdo incursionaron en este campo que parece fácil, algunos con mejores resultados que otros.
Ya están los técnicos, los directivos y poco a poco se integran los futbolistas para poder armar un equipo en los curules del congreso.
“Voy a luchar por los derechos y voy a defender la juventud, y voy a ser un digno representante de todos los hondureños en el Congreso”…
Ya cambien el disco, que eso de luchar por el pueblo ya llevamos tiempito escuchándolo así como el “diputado de la juventud” (Juan Fer), que solo fue polvora mojada.
Que Dios nos agarré confesados.