Lo que Trump no sabe de los latinos

Las amenazas de Donald Trump como presidente de electo de Estados Unidos recaen sobre los millones de latinos que viven en aquel país.

Lo que Donald Trump no sabe sobre los latinos es algo que supera su razón, lógica y entendimiento.

Expondré cuáles son esas cosas que Trump no sabe basándome en los hermanos catrachos:

Este escrito trata sobre la vida, las distintas clases de muerte, el valor, la familia, la tristeza, el amor y la esperanza.

La vida:

El señor Trump no conoce la clase de vida que poseen las personas más necesitadas, estamos en países donde las condiciones de vida es a la buena de Dios. No hay trabajo, por tanto no hay oportunidad para que las cabezas de familia tengan el sustento para poder llevar a su hogar.

Normalmente son familias numerosas que al no tener un ingreso de dinero, buscan largarse de estos países donde las autoridades olvidan a los pobres y se enfocan en otras cosas que no mencionaré aquí.

Sin ingresos estables, la solución es caminar p’al norte para darle comida, ropa y alimentos a sus hijos.

Las distintas clases de muerte:

Trump no sabe que aquí existen varias clases de muerte, por todo, por nada, porque sí, porque no y por si acaso.

Caen uno tras otro, caen abatidos por negarse a dar el celular, por malas miradas, porque al marero le gusta la casita que la familia construyó con los ahorros de toda su vida y el valor sentimental a ese bien; provoca la muerte.

Por encargo, porque me caés mal. Por narcotráfico, por no pagar secuestros, extorsión, etc.

Sabiendo esto, el latino decide buscar el todo o el nada. Llegar a cruzar la frontera y realizar el sueño americano o morir en el intento, pero a morir en el intento no le tiene miedo.

Porque prefiere intentarlo a quedarse sentado viendo como todo pasa.

El Valor:

Trump no sabe que aquí se dispara hasta para apagar las candelas cuando no hay energía eléctrica. Estamos capacitados para distinguir cuando es un “cuete” o un tiro.

El valor de los que se van es más grande que el muro que quiere construir el presidente electo de la USA.

El caminante no le tiene miedo a nada, va pidiendo consejo de como correr para subirse a la bestia, de cómo evadir a la migra en la frontera y de cómo buscar el camino más corto en el desierto.

El latino no le tiene miedo a nada, porque el valor y la responsabilidad por su familia es más grande que las extintas Torres Gemelas.

Sobre la familia, la tristeza, el amor y la esperanza:

Al catracho que no le toquen a la nana, a los hijos y a la mujer porque se pone jodidamente enojado. Con esa misma rabia que tiene porque el Estado no brinda oportunidades se lanza hacia la poderosa nación del norte, sin importar cómo y cuándo llegará.

Empaca un par de camisetas, un jean, un bóxer, dos pares de calcetines puestos para amortiguar la caminada. Se lleva la tristeza de no saber cuándo podrá ver nuevamente a su familia.

Pero lo motiva el amor y la esperanza que al llegar, se pondrá a trabajar para mandarle los “dolaritos” para que coman y estudien.

A los catrachos no los asustará Trump, el muro, la electricidad, la indiferencia, el racismo, la intolerancia de los mismos latinos que olvidaron donde nacieron y que no hace mucho caminaban descalzos en algún pueblo antes de llegar al norte.

Los catrachos no se rajan y aunque el muro tenga 1 millón de kilómetros de largo y 100 metros de alto, se van a pasar por debajo o ya de perdida en submarino, porque los motiva el amor a su familia, la esperanza de un futuro mejor y las ganas de cerrarle la boca a Donald Trump.

¡Fuerza, Latinos!