Un día triste para el fútbol nacional. Empató la “H” contra los Estados Unidos y con el gane de Panamá nos ponen quintos en la tabla por la horrible diferencia de goles que tenemos.
Jorge Luis Pinto no ha sabido darle una identidad clara al juego de Honduras, chispazos de buen juego en la primera parte, donde se tuvo para matar a los gringos por tres o cuatro goles sin ningún problema. Nos cayó encima aquella frase: “Equipo que perdona, pierde”.
No sabemos jugar línea de cinco, los cambios no resultó ninguno; mucho menos ese jugador Johnny Palacios. No entró con huevos a detener el centro que proviene de un mal rechace de Buba López tras un tiro libre que nos dejó sin aliento, el rebote salió para el lado contrario y nos anotaron casi de carambola.
Hoy la culpa es conjunta. Pinto con sus malos planteamientos, con la maldita línea de cinco que jamás le van a entender. Eso de poner un defensa que hace días viene “metiendo las de andar” con la “H”. Solo recuerden la semifinal contra Brasil en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Palacios le regala la bola a Neymar y nos anotan a los cinco segundos de iniciado el partido.
Los delanteros tuvieron muchas y solo metieron un gol. Me da pena porque la definición no es su fuerte y son delanteros.
Esos últimos minutos pesan en la selección de Honduras, siempre, siempre, siempre nos hacen un gol, como sea y donde sea; los de la “H” no tienen la concentración necesaria para poder mantener un resultado. Mucho menos la mentalidad de salir a matar al rival cuando se tiene la oportunidad.
No ganar en casa nos ha pasado factura, una derrota contra Panamá y los empates ante Costa Rica y Estados Unidos nos tienen heridos, casi desangrándonos, las posibilidades de alcanzar un repechaje son muy pocas. Los canaleros le ganaron a los caribeños, estamos igual en puntos con los gringos, pero la diferencia de goles nos hunde.
Octubre solo será el paso que hace falta para quedar fuera de Rusia, ha sido un proceso desastroso y esta vez dependemos muchísimo de la combinación de resultados. Costa Rica y México son los mejores de la Concacaf y no nos van a regalar nada.
Por cierto, el Olímpico ya no asusta a nadie. ¡A NADIE!
¿Un milagrito? ¡Lo dudo!