Las propuestas de los nuevos inquilinos mejoró en el fútbol hondureño cuando Edwin Pavón dejó de dirigir y descender equipos chicos.
Perdió la categoría con la Olanchano (2008), Real Juventud (2009) y Atlético Choloma (2013) en primera. En segunda descendió con el Sula de la Lima (2014), el colmo.
Nunca fue un buen director técnico y hasta su último descenso en 2014, se mantuvo en la era de piedra del fútbol. Los deportes le demandan a todos los involucrados a innovar para tratar de encontrar diferentes caminos hacia el triunfo.
Los recién ascendidos requerían de directores técnicos valientes que asumieran el reto, prueba de esto es lo que han logrado la Real Sociedad y Honduras Progreso.
No me cabe la menor duda que Lobos UPN fuera último lugar y máximo candidato a perder la categoría si Pavón estuviera al mando.
Wilmer Cruz, Héctor Castellón, Salomón Nazar y otros estrategas dejaron claro que los cobardes no tienen cabida en clubes pequeños, se necesita gente de perfil agresivo.
Me alegra que se mantenga al margen y siga en política donde tengo entendido realiza un buen trabajo. No hace falta en el balompié profesional “catracho”, no tiene cabida, está obsoleto.