Hondureño: dejá de quejarte que no hay árboles… ¡Ponete a sembrar!

Por Ramón López P./jubilado

 

Hace dos días leí acá en RadioHouse un reportaje donde se hablaba del nuevo puente de la Miraflores, que es una obra más del alcalde Tito Asfura.

Me sorprendió, al leer los comentarios de la gente, el alto porcentaje de amargura que tenemos los hondureños.

Si bien es cierto que al alcalde se le paga por trabajar, siempre es agradable ver tenemos un funcionario que hace bien las cosas, a diferencia de sus antecesores (Miguel Pastor y Ricardo Álvarez), sólo por mencionar algunos caso.

Pero nosotros, en lugar de fijarnos en la obra, nos ponemos a buscar el pelo en la sopa, y cuando lo encontramos… ¡Bingo!

“¿De qué sirven esas obras si no hay árboles'”, escribieron varios. Y me pongo a pensar: “Qué pereza mental la de mis compariotas”.

Ni yo que tengo 67 años soy tan huevón -me disculpan la palabra-, y pesimista. Si tanto les preocupa, ¿por qué carajos no siembran un par de arbolitos? ¿O es que creen que solo es responsabilidad de las autoridades?

Pero como quejarnos es parte de nuestra cultura, nos ponemos a llorar, a llorar, a llorar…

Es algo que no entiendo.

Y no me salgan ahora que soy cachureco o que me darán mis 50 pesos, porque a mi edad, a Dios gracias, estoy muy bien, disfrutando de mis nietos, y regando los eucaliptos que sembré frente a mi casa.

Pues una tarde decidí dejar de quejarme, me levanté de la hamaca y me fui a comprar un docena de arbolitos y los sembré.

Ustedes, que son más jóvenes que yo, pueden hacer eso y mucho más.