No sólo es asunto de poner huevos…

Con simpatía vi la campaña con la que se pretendía animar a los jugador de la Selección Nacional de Honduras previo a los dos partidos contra El Salvador.

Se les invitaba a poner huevos (o güevos) como fórmula para sacar dos resultados positivos que nos meterían en la pelea por clasificar a la hexagonal hacia Rusia 2018.

Pero el asunto es que no se trata solo de poner huevos. Se trata de talento, de calidad, de poseer un nivel superior a los rivales… y este equipo de Jorge Luis Pinto no lo tiene.

Y no es que no lo tenga porque los jugadores no quieren. Nadie entra desganado y con pereza a la cancha. Ni siquiera en una potra de la calle de dos contra dos es agradable perder, ya no digamos cuando es con la Selección Nacional.

Claro, los huevos (llámese coraje, entrega, lucha, garra), son necesarios para competir. Sin embargo, estos de poco le ayudan a alguien a parar bien un balón, mandar un centro peligroso, eludir a los contrarios, cabecear a donde el portero no llega, hacer paredes o anotar goles que parecen imposibles…

Los grandes genios, como les llamamos, pusieron huevos para realizar sus grande sobras, pero, sin el talento necesario…

No tendríamos El Quijote de Cervantes.

Ni las sinfonías de Beethoven.

Ni el mapa de Honduras hecho a lomo de mula por el doctor Jesús Aguilar Paz.

(Y cientos de miles de casos más).

El mismo Messi lo ha dicho: “Ojalá se tratara solo de entrega”.

Para levantar una obra arquitectónica se requiere de los huevos del albañil y del talento del arquitecto. De lo contrario, lo que tendremos es una construcción común y corriente.

La H empató hoy porque no tuvo el talento para superar a El Salvador. Los muchachos corrieron, pelearon, intentaron, buscaron el marco del rival, pero al final eso no les bastó.

Si la cosa en el deporte se tratara de huevos, yo habría sido un gran futbolista. O quizás matemático.

Por eso me parece injusto reprocharles falta de entrega a los muchachos de la H. Hicieron lo que pudieron -suena a conformismo, pero no lo es-, y por eso empataron.

Pusieron huevos y no ganaron.

¡Y eso sí que quiere güevos!