El muro y las “Trumpetas” del apocalipsis.

Las “Trumpetas” del apocalipsis empezaron a sonar en el mundo. No cabe duda que Donald Trump ha llegado al poder con ideas extremistas, separatistas, racistas y homofóbicas.

Todo gracias a que supo mandar mensajes directos a las personas que solo comentaban la molestia de tener personas irregulares en el país como tema de sobremesa.

Trump es uno de los seres más inteligentes que hay en el planeta o quizá lo son sus asesores. Supieron manejar la ignorancia en cuanto a la información que maneja sobre su propio país la gente que habita Estados Unidos, incluyendo latinos naturalizados “gringos”, cubanos que obtuvieron papeles con el famoso “pie seco, pie mojado”.

Esto ya se veía venir, lo advirtieron los medios, los expertos en política, los comediantes con gran poder de influencia en “Gringolandia”.

Construir un muro es un atentado mundial en contra de la humanidad, sobre todo porque según CNN el 59% de las personas que se quedaron a vivir en Estados Unidos de manera irregular llegó vía aérea. ¿También van a prohibir los vuelos llenos de turistas? Los muros dividen, no hacen bien y ya empezaron los cheles a construirlo. Trump ha firmado y no hay vuelta atrás.

Trump está dando pasos agigantados para convertirse en alguien muy parecido a Hitler y Stalin. Esta vez el presidente tiene de lado a los Opus Dei y a todos esos grupos radicales que se amparan en la religión para alabarse ellos mismos viéndose al espejo.

Debido a las medidas en contra del aborto se metió a la bolsa de un montón de borregos que están de acuerdo en que no se debe abortar, pero tampoco son las personas que están primeros en la fila levantando la mano para adoptar a los hijos no deseados o que visitan cada domingo los centros de huérfanos para llevarse uno a casa y educarlo como merece. La hipocresía y el egoísmo en su máxima expresión.

Cancelar las visas de los habitantes de ocho países del Medio Oriente también es atentar contra los derechos de las personas, no se puede generalizar y llamar terroristas a las personas que sufren los embates de la guerra porque residen en territorios inundados de petróleo. O quitarles el derecho de emigrar porque profesan una religión determinada.

Trump se salió con la suya y será muy difícil que alguien detenga sus locuras. Estamos en tiempos que huelen muchísimo a Tercera Guerra Mundial.

El tiempo de la unidad ha llegado y espero sea acompañado de la desaparición en las fronteras de los países de América Latina.